En este poemario, Julian Valj nos lleva en huida hacia el claroscuro de la infancia. Leyendo los poemas de la primera parte, nos sentiremos interpelados por la luz y las sombras que moldearon aquel primer tiempo de nuestras vidas. Pronto descubrimos que aquellas penumbras y claridades que nos antecedieron y vimos con veneración en la niñez hicieron de cada uno de nosotros un «hilandero de las palabras sin peso». Después, en la segunda parte, sobreviene la rebeldía: la palabra —ahora protagonista absoluta— apostará a reescribir la vida hasta devolver las voces y curar «el silencio de mi ojo».
Escrito con esa economía del lenguaje que obliga a (re)encontrar las resonancias del verbo fecundo, esta colección de poemas no defraudará al lector. En cada relectura hallará una clave distinta y renovada para alcanzar la comprensión global de la obra, como si esta tuviese la potestad de reescribir también a su destinatario.