Mariana Perezgil, tras instalarse en el Madrid de finales del siglo XIX para buscar los horizontes que no encuentra en su pueblo alcarreño, se enfrenta a dos difíciles etapas de su vida que relata en el libro a modo de memorias.En la primera sufre las dificultades de ser madre soltera por un revés del destino y la posterior renuncia a su gran amor al ser éste víctima de los prejuicios sociales; en la segunda, basada en hechos reales, pero que nunca se atrevió a contar: la relación anómala con un pariente lejano que le dobla la edad y el sufrimiento que le produce el alejamiento de su hija, fruto de estos amores.