Pedro González de Arce de los Ríos fue el tatarabuelo del autor, Eduardo Arce Gargollo. Para reconstruir su vida, Eduardo hizo una investigación genealógica exhaustiva, se sumergió en papeles apolillados y microfilms. Viajó desde México a Santander, ciudad natal de su tatarabuelo y se internó en los poblados de Cantabria a buscar datos de sus ancestros. ¡Y encontró lo que nunca imaginó!
La historia de Pedro es extraordinaria. Escrita con un lenguaje literario y elegante, la obra pasea al lector por los ancestros del protagonista entrelazando hechos imaginarios y sólidas fuentes históricas, constituyéndose de este modo en modelo para otros estudios genealógicos que evidencian el profundo nexo cultural hispano-americano.