Ágil, trepidante, esta novela nos deja sin aliento mientras vamos desentrañando el misterio de los terribles crímenes ocurridos en Sung.
Como si fuera una obra de teatro, con pinceladas coloridas y certeras como una flecha, la autora nos sumerge en una investigación policial que se entrelaza íntimamente con la vida cotidiana de Sara, la valiente protagonista, y de las personas que conoce a su llegada al pueblo, que la ayudan a sobrellevar el desarraigo y a no sentirse una extraña.