Las personas sensibles solemos reír con frecuencia. Puede que nos enfademos a menudo, y seguramente desatemos nuestras lágrimas con más facilidad.
Las personas sensibles vivimos nuestras emociones con más intensidad.
A veces también escribimos poesía.
Pero sin duda, lo más bonito que nos caracteriza, es la fragilidad de nuestras alas.