En la primera parte de la trilogía Diario de Mónica Ceide, la autora relata su amistad con una escort, Eva, y lo que aprendió de ella.
El deseo de Mónica es formar una familia y dedicar su vida a un hombre. Necesita querer y saberse querida. Cuando se rompe su primer noviazgo, Mónica queda muy lastimada, y adjudica su fracaso amoroso a su falta de experiencia en el terreno sexual. Entonces, decide contratar a una escort para que le enseñe a dar placer a los hombres en la cama.
Así conoce a Eva. El contrato se transforma en una amistad, y Mónica no solo obtendrá de Eva consejos de seducción y de desempeño sexual, sino que también aprenderá a valorarse a sí misma.