La Vida, tal como la plantea este libro, es un parpadeo entre el asombro de estar vivos y la certeza ineludible de la muerte. En un tono íntimo y directo, Tato Duran nos invita a detenernos, a cuestionar lo que damos por hecho y a valorar lo único que no se puede recuperar: el tiempo.
La autonomía no es un destino, sino una práctica cotidiana, y cada decisión, por pequeña que parezca, nos va esculpiendo. Este texto no ofrece fórmulas mágicas ni promesas vacías, sino una conversación honesta sobre lo difícil, pero profundamente transformador, que es asumir la responsabilidad sobre la propia existencia.
A lo largo de estas páginas se revela una verdad luminosa y desafiante: somos dueños de nuestras decisiones. (de nuestras propias vidas). Este libro es una invitación a no posponer más la Vida. A escribirla, sentirla, elegirla con mayúsculas. Porque, aquí, Vida no es una palabra cualquiera: es el nombre propio de aquello que, ahora despiertos, nos atrevemos por fin a vivir.