La profunda fe que atraviesa este libro desde la primera hasta la última página conmueve sin dejar lugar a ninguna duda.
Sin embargo, son justamente las dudas y los cuestionamientos los que hacen que el protagonista emprenda un profundo viaje introspectivo y autocrítico con el fin de “despertarse”, acompañado de personajes que lo ayudan, lo provocan, lo interpelan, lo desafían en pos de que él consiga su objetivo, pleno de humanidad, compasión y respeto.
Un mundo sin fronteras, un mundo más justo, un mundo donde todos sean iguales ante Dios.
¿Cómo no acompañar semejante viaje?
¿Cómo no involucrarse en el despertar que nos propone el autor?