No hay hombre, sabio o ignorante, rico o pobre, suizo o bosquimano, inmune a la esperanza de resultar absuelto de la muerte. ¿Sería deseable un universo en el que los seres humanos vivieran, como algunas bacterias, cientos o miles de años?
Un científico español, biólogo del envejecimiento, viaja a Praga para asistir a un congreso científico de su especialidad. Allí se reencuentra con Emma Marek, una antigua novia de su etapa como Erasmus. Después de recordar viejos tiempos y ponerse al día, Emma le hace al protagonista una revelación que conmoverá sus más profundas e irrenunciables convicciones científicas.
Una novela tragicómica sobre el empeño, entre fáustico y quijotesco, por trascender la melancólica, la inexorable finitud humana.