El autor pretende reflejar, a través de estos relatos, un retrato histórico-social y con matices íntimos, la vida y costumbres de un grupo de personajes muy variopintos y definidos desde finales del siglo XV. Ávila y sus murallas son el punto de partida y el destino final de unas aventuras que llegan a traspasar, incluso, el océano Atlántico. Se trata de una interpretación personal de las costumbres del Viejo y Nuevo Mundo.