El Inspector Mir lleva meses en duelo y sin tomar otro caso, pero ya es hora de volver. Él investiga a un sospechoso y un robo de sangre. Pero se reencuentra con Valeria, su expareja y una magnética mujer de la que no se fía. Por si fuera poco, un viejo amigo se involucra como abogado defensor. Pero Mir, junto con una nueva colega, arman un puzzle que los lleva desde registros internacionales de sangre, hasta la mafia europea. Esto sitúa a Mir como una pieza más en el tablero, aunque se sirve de su veteranía para cerrar el caso. Pero una vez resuelto el crimen, entiende que la mente maestra siempre estuvo un paso adelante, y que muy pocos vencen al otro en su propio juego. El ocaso de Valeria narra un crimen que se ve, mientras se piensa.