Nos han contado que para tener éxito en la vida, había que sacar buenas notas, estudiar una carrera, esforzarse mucho para así poder conseguir un buen puesto de trabajo. Había que tener una pareja con la que formar una familia. Había que comer bien, hacer ejercicio y mantenerse en forma. Había que ser educados y responsables; amables y ordenados. Había que…
Pero lo que jamás nos dijeron fue cómo, por encima de todo eso, se lograba dar sentido a nuestra vida. No nos enseñaron a soñar y a cómo convertir esos sueños en realidad. No nos hablaron del increíble potencial con el que contamos, ni qué hacer para creer en él siendo fiel a nuestros propios principios, valores y convicciones.
Porque, al final, de lo que se trata es de disfrutar de la maravillosa aventura que es vivir, de ser felices, encontrarse bien, estar en paz y en armonía; de ser quien decidas ser, de ser quien realmente eres, porque la única persona a la que le rendirás cuentas al final del camino será a ti mismo.