Joana, estudiante de dieciséis años, y Victoria, jubilada francesa, mantienen una peculiar relación de amistad en la urbanización de la costa murciana donde viven.
Sin saberlo, la joven se ha convertido en la llave de un tesoro enterrado en un lugar que está marcado con un aspa roja en un mapa, como en los viejos libros de piratas: la casa del Francés.
El mapa llega a las manos de un inquietante personaje que, en el pasado, ha tenido una estrecha relación con Victoria. Llaman a la puerta, es él, llega del Norte, con sus fuertes brazos cubiertos de tatuajes y sus codiciosos ojos fijos en la joven Joana.
Alrededor de la familia de Joana se desencadenan una serie de hechos brutales. Son la capa externa de una realidad que resulta más compleja de lo que un primer examen pudiera hacer pensar.
El Inspector Roberto Menéndez, de la Comisaría de Cartagena, toma las riendas de las pesquisas policiales, lejos de sospechar el rumbo que tomará la historia.