LA ESCUELA DE PAPEL coloca al lector delante de un espejo. Un espejo turbador que nos lanza a la cabeza preguntas esenciales y nos sugiere en voz baja respuestas necesarias.
“Con el debido respeto, señora ministra: Ustedes se olvidan de lo principal: ¡en el día a día dentro del aula solo estamos mis alumnos… y una servidora!” (Desahogo terapéutico de una buena profesora estresada, ante la amenaza de promulgación de otro nuevo Real Decreto).
Cambiar de vez en cuando la realidad de papel (es decir, la ley) es una demostración de impotencia colectiva que afecta de manera grave a la moral de los docentes, la deforestación nacional y el calentamiento del planeta. Tal frenesí legislador denota en el fondo no solo ingenuidad, también ignorancia, pues en nuestro sistema educativo el profesor en su aula es dios…
Diego Gálvez es inspector de educación y autor de los libros de ficción Ir al cielo y La noche eterna.