Daniel, un joven estudiante de Derecho, se ve en la situación de jugar la partida de ajedrez más importante de su existencia. Mientras la partida transcurre, la novela nos desplaza por una serie vertiginosa de sucesos en los que los cambios de circunstancias van de la mano del descubrimiento de la intensidad y riqueza de la vida. Acompañado por su abuelo y por su hermana, Daniel participa en una insólita rebelión antifranquista, se involucra en la lucha de los guerrilleros guatemaltecos, es víctima y testigo de un catastrófico terremoto en Ciudad de Guatemala y se embarca en la búsqueda del legado de un fabuloso pueblo maya en las selvas de El Petén. Detrás de esta dinámica está la historia, pero más allá de ella, la lógica del destino encarnada simbólicamente en una diminuta talla que por azar llega a manos de Daniel y que determina el curso de sus pasos. Huidas, encuentros amorosos, revelaciones y un despliegue épico, que llega a ser extraordinario, nos hablan del hombre de todos los tiempos, leve y profundo, anhelante y lúcido mientras se acerca al destino que también es el sentido del juego.