La tragedia y el infortunio parecen amalgamarse en esta alucinante novela contada desde una búsqueda íntima y esencial. Quien narra, postrado por la implacable pérdida progresiva de la memoria, lucha contra el tiempo para hacernos vivir una historia que no es solo la del Corcobio —el pueblo de sus antepasados—, sino la de un país signado por la iniquidad, la miseria, la tiranía y la muerte.
Con una prosa bien elaborada, de fino acabado y constantes reminiscencias poéticas, el autor logra crear una atmósfera que sucumbe a lo real y lo maravilloso, entre amores, desamores y torturantes visiones fantasmagóricas de un pasado que inexorablemente se va evaporando y que, sin embargo, ha dejado su huella incandescente en el alma de quienes lo padecieron.