¿Qué puede hacer México para encontrar un sentido que redireccione su historia, de manera que ofrezca condiciones de vida cuando menos amables a sus ciudadanos? ¿Qué pueden hacer sus instituciones y habitantes para evitar la permanente amenaza de la anomia? Estas y otras interrogantes se entrelazan en este libro,en el marco de un diagnóstico descarnado, que no excluye la confianza en las posibilidades de cambio.