¿Cuántas veces nuestros problemas se resuelven de forma sorprendente? ¿Cuántas veces salimos fortalecidos de las dificultades y tribulaciones? ¿Acaso es suerte o, por el contrario, es intervención divina? Maly Fuentes tiene la certeza de que Dios lleva las riendas de nuestra vida en todo momento para dirigirnos por la senda correcta y ser mejores personas. En este libro, la autora recopila testimonios tanto personales como familiares que demuestran que el amor y la misericordia de Dios son infinitos. Con estos relatos, el lector podrá verse reflejado en ellos y le permitirá no solo reflexionar sobre su vida, sino sobrellevar los avatares cotidianos con un auténtico crecimiento espiritual.
Desde mis primeros años escuché hablar de Dios, me bauticé en mi adolescencia. He estado bajo su protección toda mi vida, pero a los 33 años le pude conocer realmente, debatiéndome entre la vida y la muerte. Allí clamé al Dios Todopoderoso y reconocí realmente la salvación que me había ofrecido por medio del Señor Jesucristo. Y ese Dios de amor tuvo misericordia de mí, escuchó mi súplica y me libró de la muerte. Su amor y misericordia no tiene límites y están a la distancia de una sincera oración.