Cuando por dentro nos sentimos vacíos, ¿qué puede llenarnos? ¿Quién?
Si lo que notamos es un oasis y una sombra que nos pesa, ¿hay algo que podamos hacer?
Creemos que la soledad solo puede anidar en nosotros, que nadie más la siente, pero, en realidad, no hay persona que esté a salvo de ella. Si se nos instala dentro, lo hará en cada rincón, en cada herida por curar, en cada sueño por cumplir.
Por eso, en los relatos de Kenopsia, sus personajes buscarán ese «algo» que los encuentre, que los cure, que les dé luz, aunque esta sea efímera, aunque no dure.
Porque siempre habrá un hueco que llenar y unos ojos que se enamoran.
Y es que nadie quiere sentirse solo.