Cristóbal Soto nos ofrece un testimonio cercano y honesto de su experiencia con el budismo. Vale la pena una advertencia: este no es un libro hecho por expertos ni para expertos. Es, ante todo, una invitación a mirar al budismo desde la perspectiva de un practicante laico que ha encontrado en las enseñanzas del Buda Shakyamuni una guía para vivir con mayor conciencia, empatía y responsabilidad. Lejos de presentar una doctrina rígida, abre las puertas a una práctica flexible, centrada en la observación personal, el esfuerzo cotidiano y la transformación del sufrimiento.
A través de un lenguaje accesible y de experiencias personales conmovedoras, esta obra invita a quienes sienten curiosidad por el budismo a acercarse sin temor y descubrir que no se trata de una religión lejana o mística, sino de un camino profundamente humano. Se alienta a cada lector a explorar y encontrar aquella vía que resuene más con su corazón, sin imponer verdades absolutas. La práctica budista se presenta así no como un ideal inalcanzable, por el contrario, se muestra como una forma concreta de mejorar la calidad de nuestras relaciones, manejar el dolor, y vivir con mayor paz y claridad. Con esta aproximación humilde y sincera, el autor logra desmitificar muchas ideas sobre el budismo y mostrar que es una práctica posible para cualquiera, en cualquier contexto.