Este libro es un puente de luz hacia la Ley que no está escrita en ningún libro: la Ley Santa y resplandeciente de la verdad.
Para escritores, para poetas, para filósofos, para músicos, para religiosos y seguidores de alguna creencia espiritual en especial, para ateos, para pensadores de la nueva era, para gnósticos y para místicos; pero, sobre todo, para aquellos hombres reales que tienen sus raíces en la tierra, los hijos de la luz que buscan la verdad con el corazón despierto y que llevan la Ley impresa en su cuerpo y esculpida en su frente.
A lo largo de estas páginas, te aventurarás en una grandiosa experiencia de viajes a través del tiempo, o, expresado con mayor precisión, de los movimientos de conciencia que te llevarán a otros escenarios de la creación. Viajarás a través de tiempos remotos y descubrirás las vidas de grandes seres que alcanzaron su verdad más elevada y vencieron la muerte conectándose con la totalidad de la vida; así entraron conscientemente en este baile eterno de crecimiento y transformación. Descubre la vida eterna que se despliega en el majestuoso presente eterno en este grandioso juego de la vida.
En estas páginas, recordarás y aprenderás de nuevo el método enseñado desde tiempos antiguos para establecer la paz con tu cuerpo y expulsar las enfermedades del templo de tu ser. Así podrás contemplar y elevar tu conciencia hacia la Ley. La paz con el cuerpo es el primero de los siete caminos de la paz del ser humano para retornar al edén de la eternidad. Aquel que vive en conciencia pura de esta gran ley y la integra, nunca probará la muerte. Quien ha probado el gran misterio de la existencia no probará la muerte. La muerte solo existe debido al ego; que es el fruto de la falsedad del yo que creíste que eras. La muerte está presente porque eres una mentira. Si te vuelves auténtico y verdadero, la muerte desaparece. No te identifiques con la mentira, comienza a dejar las máscaras, comienza a abandonar las falsedades y hazte consciente de la grandiosa Ley que nunca tuvo inicio ni fin. La verdad salva, la verdad libera, la verdad es vida eterna.
«No hay muerte para la verdad; la Ley es eterna, es vida eterna.»