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TEORÍA DEL ICEBERG_MINIATURA

Teoría del iceberg

La teoría del iceberg es una metáfora que sirve para plantear buenas historias dándoles un sentido profundo. La teoría del iceberg postula que en los relatos existe tan solo una pequeña parte visible y que el resto permanece «oculto» bajo la superficie del texto.

Escribir una novela empleando la teoría del iceberg es una manera genial de enriquecer la trama porque da profundidad a los personajes y pone nuevos significados en los hechos narrados.

Pero… ¿qué es en realidad la teoría del iceberg? ¿Cómo puedo usarla en mi trabajo como autor? ¿Es cierto que los buenos escritores omiten parte de la historia de manera intencional?

Continúa leyendo y conocerás cómo funciona la teoría del iceberg y de qué forma puedes emplearla para mejorar tus habilidades como escritor.

¿Qué es la teoría del iceberg?

Empleada como técnica narrativa, la teoría del iceberg consiste en escribir los hechos de manera minimalista, sin hacer explícito el significado profundo de la historia en la superficie del texto.

Como es evidente, esta teoría debe su nombre a los icebergs, esas inmensas masas de hielo que flotan a la deriva en océanos helados y dejan ver solo una pequeña parte de su volumen, ocultando el resto bajo la superficie del agua.

La teoría del iceberg está planteada en el libro Muerte en la tarde, de Ernest Hemingway.

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Definición de teoría del iceberg

La teoría del iceberg es una forma de contar historias representando pocos aspectos visibles (hechos puntuales, características de los personajes, comportamientos, etc.) y dejando entrever que existen aspectos invisibles (como las motivaciones, las emociones profundas, etc.) que constituyen el verdadero trasfondo de la historia y dan sentido a lo narrado.

Lo consciente y lo inconsciente en la teoría del iceberg

A partir de esta definición, algunos podrían pensar que la teoría del iceberg es un artificio, una manera poco natural de narrar.

Sin embargo, esta teoría está basada de modo directo en la psicología humana. En efecto, lo consciente es solo una pequeña parte de nuestra psiquis. Debajo de nuestras acciones superficiales se esconde un trasfondo inconsciente mucho más grande que lo que dejamos ver.

En este sentido, la buena literatura imita la realidad, porque no hace explícitas las ideas profundas del texto, sino que le da pistas al lector para que saque sus propias conclusiones, enriqueciendo la experiencia de lectura.

Teoría del iceberg en literatura

La teoría del iceberg en literatura fue acuñada por el escritor estadounidense Ernest Hemingway entre comienzos y mediados del siglo XX.

En su labor como periodista, el autor enfocaba sus informes en eventos inmediatos, casi sin contexto o interpretación. Al convertirse en escritor de ficción, Hemingway conservó esta manera minimalista de escribir.

Teoría del iceberg en ficción

Según Hemingway, el sentido cabal del texto no debe ser evidente a nivel superficial, sino que debe tener un brillo implícito.

Para la crítica literaria, esta técnica narrativa de Hemingway es un medio eficaz para crear personajes creíbles y, a la vez, distanciarse de ellos.

¿Cómo desarrollar la teoría del iceberg?

Ahora te damos las claves principales para aplicar la teoría del iceberg a tu novela. Ten en cuenta que no todas las historias se adaptan igual a esta técnica narrativa, aunque siempre resulta productivo pensar tu narración como un iceberg cuya mayor parte permanece oculta al lector.

#1. Caracterizar el trasfondo de los personajes y el universo narrativo

El consejo básico para usar la teoría del iceberg es realizar un buen trabajo previo. El trasfondo de los personajes es una de las claves para aumentar la profundidad de la historia.

El método clásico para darles un background interesante a tus personajes es hacer fichas que detallen las características de cada uno.

Todo personaje tiene un origen y un pasado en el que pueden hallarse las bases de su presente. La historia personal marca a los sujetos e imprime motivaciones profundas en su conducta.

Caracterizar a los personajes de tu novela no quiere decir que debes contar sus historias individuales con lujo de detalles. Escribe esas historias, pero hazlo para ti, no como parte del texto definitivo. Un informe de lectura profesional puede ayudarte a realizar un buen trabajo previo para tu libro.

#2. Elaborar metáforas

Para dar este paso debes hacerte algunas preguntas sobre la historia que quieres contar: ¿qué valores positivos se consagran?, ¿cuáles son los valores negativos que se oponen a ellos?

Por ejemplo, si el sentido profundo de tu texto tiene que ver con las injusticias de la sociedad, no es necesario que lo digas de manera explícita. En este caso puedes, por ejemplo, retratar las realidades opuestas de algunos personajes: unos derrochan y otros no tienen lo indispensable para vivir.

En esa simple oposición, tus personajes y las situaciones que viven son metáforas del sentido profundo del texto.

#3. Sugerir en vez de explicitar

Este es un consejo que refuerza el anterior. No hagas narraciones obvias donde el lector tiene todo servido y no necesita interpretar nada.

Describir un par de zapatos rotos o una botella del vino más caro de Francia tiene mejor efecto literario que un sermón de diez páginas sobre las desigualdades sociales.

#4. Plantear una estructura narrativa por capas

En una historia bien elaborada, los personajes participan en varias subtramas a la vez. El protagonista de un relato épico, por ejemplo, comparte un hilo narrativo con su familia, otro con sus camaradas guerreros, otro con su amada, etc.

Estas capas narrativas se entrecruzan y producen efectos enriquecedores en la historia global.

#5. Hacer saltos temporales

La clave para narrar buenos saltos temporales es dosificar la información de cada período. Tu narración puede enfocarse en el presente o en el pasado, no en ambos tiempos a la vez.

No expliques los motivos de todas las acciones y las decisiones de tus personajes, deja una cuota de incertidumbre, un texto no escrito que el lector deba completar en su mente.

Cómo desarrollar la teoría del iceberg

El iceberg de Hemingway

Como verás, la teoría del iceberg de Hemingway es una manera de economizar recursos narrativos contando las historias de manera minimalista, con el foco puesto en circunstancias puntuales de la trama y rasgos clave de los personajes.

Puedes conocer más sobre la teoría del iceberg de Hemingway en este artículo académico.

Hemingway y la teoría del iceberg: ejemplo

Veamos un pequeño ejemplo que nos permita ilustrar lo dicho hasta aquí. El relato A campo traviesa en la nieve comienza así: «El funicular se detuvo después de recorrer otro trecho. No podía seguir más allá, ya que la nieve estaba amontonada sólidamente entre los rieles».

En estas pocas líneas, emerge la punta de un iceberg: ¿por qué dice otro trecho? Sin dudas, porque ese funicular viene recorriendo una distancia mayor, de la cual no sabemos nada más. Esa es la parte oculta del iceberg.

Lo mismo ocurre con la nieve, que ya estaba amontonada, lo que da indicios de una tormenta anterior al tiempo del relato.

Teoría iceberg

A decir verdad, aplicar la teoría del iceberg es una forma habitual de contar historias, algo que hacemos de manera espontánea, incluso sin tener conocimientos teóricos en literatura.

Piensa en este ejemplo: alguien comienza a narrar una historia y, después de presentar a los personajes y plantear la situación, vuelve sobre sus palabras y empieza a dar detalles y más detalles del contexto, de lo que pasó antes, del origen de los personajes, etc.

¿Cuál es el resultado de una narración así? Pues, el público se sentirá frustrado y no recibirá bien ese deseo del narrador de contarlo todo.

Iceberg freudiano en literatura

Como ya hemos señalado, la teoría del iceberg es un reflejo de la psicología humana. En su propuesta teórica, Sigmund Freud sostiene que la mente humana se asemeja a un iceberg: la sección expuesta sobre el agua representa el conocimiento consciente de percepciones, pensamientos y recuerdos evocados, en tanto que la sección sumergida representa el conocimiento inconsciente, compuesto por emociones, recuerdos olvidados y otras cogniciones no controladas.

Metáfora del iceberg

Como metáfora, el iceberg es una manera excelente de darle profundidad a una historia sin la necesidad de extenderse en todos y cada uno de los detalles.

En otras palabras, la metáfora del iceberg es un juego literario de «la parte por el todo», una sinécdoque mediante la cual el escritor dosifica la información explícita que comparte con el lector y la información implícita que le sugiere.

Iceberg emocional

Imaginemos esta historia: el protagonista entra furioso a una habitación, toma el retrato de un señor de bigotes y lo rompe contra el suelo. Es evidente que está enojadísimo, pero… ¿por qué ha elegido desquitar su ira con ese objeto?, ¿qué tiene de especial?, ¿cuál es su significado profundo?

Sin dudas, aquí estamos frente a un iceberg emocional, una conducta que emerge motivada por deseos y pensamientos trascendentes que el lector podrá descubrir mediante indicios.

¿Qué dice la teoría del iceberg?

En resumen, la teoría del iceberg plantea que las mejores historias no son las que revelan toda la información de manera explícita, sino las que dejan ver significados entre líneas, en un nivel profundo de la trama.

Teoría del iceberg en novela: recuerda esto

#1. ¿Qué significa teoría del iceberg?

La teoría del iceberg es una metáfora que sirve para ilustrar cómo una pequeña porción de la historia se percibe a nivel superficial, mientras que la mayor parte del significado permanece latente en un nivel más profundo.

#2. ¿Para qué sirve la teoría del iceberg?

Sirve para crear historias apasionantes por su profundidad sin necesidad de revelar la trama subyacente de manera explícita.

#3. ¿Quién inventó la teoría del iceberg?

Si bien esta técnica narrativa es antigua, se atribuye a Ernest Hemingway la acuñación del término y la generalización posterior de su uso.

¿Te gustaría crear una historia profunda sin revelar todos los detalles de la trama? ¿Cuál es tu técnica para mantener enganchado al lector? ¿Crees que la teoría del iceberg es una buena práctica literaria o te parece que puedes criticar algunos aspectos de ella?

¡Déjanos un comentario aquí abajo, nos encantaría conocer tu opinión sobre este tema!

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8 comentarios en “Teoría del iceberg”

    1. Es maravilloso saber que estás inmersa en el mundo de la escritura, especialmente en géneros tan expresivos como el cuento y la poesía. La transición a escribir tu primera novela es un emocionante viaje creativo. Si en algún momento deseas explorar la autopublicación o necesitas orientación sobre cómo llevar tu obra a Amazon, estoy aquí para ayudarte. La creación de una novela puede ser un proceso desafiante pero sumamente gratificante. ¡Te deseo mucho éxito y espero que tu pasión por la escritura siga floreciendo!

  1. Tayde Rodríguez Gabarrón

    Me parece interesante la teoría del iceberg, lo importante es que el mismo lector vaya descubriendo cómo son los personajes y deduzca que ése podría ser el protagonista, sin embargo siempre la sorpresa de otro del que se habló poco,

    1. La teoría del iceberg, efectivamente, ofrece un enfoque fascinante en la narrativa. Al permitir que el lector deduzca y descubra por sí mismo los matices de los personajes, se enriquece la experiencia de lectura. Es como un juego sutil entre el escritor y su audiencia, donde lo no dicho juega un papel tan crucial como lo expresado. Y sí, las sorpresas en la trama, especialmente con personajes menos evidentes, pueden añadir una dimensión adicional al disfrute del lector. Esta técnica, cuando se utiliza con maestría, puede transformar una historia ordinaria en una obra memorable.

  2. Gracias por este artículo, Roberto. Muy interesante lo que dices en él. Yo, creo que lo utilizo bastante en mis narraciones, pero ignoraba que tenía nombre.
    Si tengo oportunidad, les digo a mis lectores que no me lean con prisas; que procuren leer “entre líneas”.
    Es la manera que se me ocurre para animarles/inducirles a que vean más allá, que reflexionen; que hagan suyo cada renglón, cada párrafo. Es muy gratificante saber que sacan sus conclusiones y, cuando coinciden con lo que he querido expresar, es la repanocha. Y, si no coinciden, igualmente me satisface porque habrán meditado sobre lo leído, que son mis escritos y, de alguna manera, les ha tocado el interior y les ha llegado. En poesía, como bien dices, creo que se puede utilizar aún más, porque la poesía es interpretación.
    Un saludo. Feliz Navidad.

    1. Es un placer saber que el artículo ha resonado contigo, Marieta. Entender el arte de la narrativa es un viaje constante de descubrimiento y aprendizaje. Tu enfoque para alentar a los lectores a sumergirse profundamente en tus escritos es admirable. Invitarlos a leer entre líneas y a reflexionar es una forma poderosa de crear una conexión más profunda con tu obra. En efecto, la poesía, con su naturaleza intrínsecamente interpretativa, ofrece un terreno fértil para esta práctica. Sigue fomentando esa exploración en tus lectores; es una marca de un verdadero artista. Feliz Navidad para ti también.

    1. La teoría del iceberg, ideada por Hemingway, se centra en la importancia de lo no dicho, lo implícito, en una narrativa. En poesía, esta teoría puede ser increíblemente relevante. La poesía, por su naturaleza, a menudo transmite emociones y pensamientos profundos mediante palabras cuidadosamente elegidas, dejando mucho espacio para la interpretación del lector. Aunque esta teoría se asocia más comúnmente con la prosa, su esencia puede enriquecer también la poesía, invitando al lector a explorar más allá de las palabras escritas. Es fascinante ver cómo conceptos de la narrativa pueden adaptarse y resonar en otros géneros literarios. ¡Saludos!

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