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Cómo no empezar una novela

Cómo no empezar a escribir tu novela

En tu proyecto de escritor de éxito es necesario conocer no solo las técnicas narrativas, sino también esos aspectos negativos que, tanto por omisión como por exceso, debes evitar definitivamente.

En este artículo profundizaremos en los errores habituales en los que caemos al empezar a escribir una novela, señalando las fallas más comunes en las que no debes incurrir al momento de escribir las primeras páginas de tu obra. Te sorprenderá ver que son errores muy comunes.

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No empieces sin tener claro tu argumento 

Esta es una recomendación para cuando aún no inicias la escritura de tu novela. Tu argumento va a ser muy importante para el comienzo. Es como la línea que señala el viaje en el que te embarcarás al contar la historia.

Recordemos aquí las palabras del gran escritor uruguayo Horacio Quiroga: «No empieces a escribir sin saber, desde la primera palabra, hacia dónde vas».

Si tienes claridad sobre todo el conjunto de los hechos que suceden en tu novela, podrás eludir más fácilmente los errores en los que caen con frecuencia muchos escritores.

No inicies con un spoiler

Por ninguna razón debes comenzar con un resumen de la historia que vas a contar. ¡Sería un tremendo error! Ningún lector quiere saber de antemano lo que va a ocurrir.

Una buena sinopsis sí es recomendable. De hecho, la gran mayoría de lectores y cinéfilos de hoy buscan una sinopsis de la historia. Pero debe ser muy buena y, por nada del mundo, hacer spoiler

No comiences con una descripción detallada

Ya hemos dicho que el lector actual es distinto al de tiempos pretéritos. Cuando no existían los grandes medios de entretenimiento, era placentero leer la descripción de un paisaje, de una mansión, una ciudad o un personaje.

Eso ha cambiado hoy con la industria del cine y la televisión, la poderosa maquinaria comunicacional de internet y el predominio del contenido audiovisual, que nos han hecho muy dependientes del lenguaje directo.

Por supuesto que el ambiente en el cual se desarrolla la acción tiene relevancia, pero solo en su generalidad. Es decir, como elemento supeditado a la trama (nunca al revés).

Por consiguiente, nuestra recomendación es que no comiences delineando la arquitectura o el paisaje del lugar donde transcurre tu historia. Puedes hacerlo más adelante, cuanto el lector ya esté enganchado a ella. Veamos un ejemplo. 

Supongamos que tu novela es del subgénero de ciencia ficción. La historia ocurre en el año 3051, en una nave espacial. Y tú comienzas describiendo cómo es ese vehículo cósmico: sus compartimientos, secciones, controles de mando, ventanillas, instrumentos, etc. Lo más seguro es que no termines el recorrido, pues tu lector habrá abandonado la nave.

Lo mismo sucede con los personajes. Describirlos con detenimiento, su aspecto físico, su psicología, su personalidad, etc., no está bien para tu inicio. La descripción física debe ser muy mínima, ceñirse a lo elemental y a lo que es sustancial para tu historia.

Una vez más te recordamos que es la acción la que captará la atención del lector. Ya tendrás muchas oportunidades para describirlo todo con más detalle, cuando ya tu público esté interesado en la trama.

No utilices hechos de rutina

Debes evitar también comenzar con un hecho rutinario. Por ejemplo, dar inicio a tu novela contando sobre un personaje cuyo despertador no sonó, entonces se levanta apurado, se cepilla los dientes y se viste a toda velocidad, prepara un café que deja a la mitad y sale corriendo de la casa. Una escena muy trillada. 

Hay un hecho relevante que debes contar en ese comienzo, una acción en punta que desencadena la historia. Vamos a poner un ejemplo.

El hallazgo del cadáver exhumado de Sierva María, con su asombroso cabello de más de veintidós metros, y la historia de un perro con mal de rabia que la había mordido doscientos años atrás, es el comienzo de la novela Del amor y otros demonios, de Gabriel García Márquez. Hipnótico, ¿verdad?

El escritor colombiano luego va narrando los antecedentes y describiendo los lugares. Pero ya ha enganchado al lector. ¿Crees que habría tenido el mismo efecto de haber comenzado en sentido inverso? Lo más probable es que la mayoría no se habría enterado de la existencia del perro rabioso.

Dedícale entonces un tiempo importante al inicio de tu novela. Con el primer párrafo debes capturar al lector, pero luego necesitas mantenerlo ahí. Créale expectativas, intrígalo con una historia que tenga el suspense necesario y progresivo, sin pretender meterlo todo de una sola vez.

Una historia poco verosímil

Un escritor puede contar lo que quiera, cualquier historia que su imaginación le dicte. Lo importante es que esa historia sea creíble, independientemente de su naturaleza o del subgénero al que se circunscribe.

Esto no significa que debas ceñirte estrictamente a la realidad. Puedes narrar mundos fantásticos, maravillosos, con ciudades ficticias y tiempos inventados. Todo radica en la historia, que debe ser verosímil a los ojos del lector.

Hechos o sucesos sin sentido, casualidades absurdas, coincidencias forzadas, acciones ilógicas o irracionales, etc., solo harán que el lector pierda credibilidad y confianza en tu novela.

Por ejemplo, si comienzas con el asesinato de un personaje y, de una vez, pones en labios del detective el nombre de un sospechoso, será poco creíble, porque los investigadores no revelan sus intuiciones o sospechas de buenas a primeras.

Por lo tanto, no comiences con algo que resulte inverosímil a cualquier lector. Debes tener mucho cuidado con eso, así como no confundir lo verosímil con la realidad.

No debilites la tensión

Haz logrado capturar la atención del lector con el principio y piensas que ya está todo hecho. Crees que, al tener esa tensión inicial establecida, puedes relajarte y comenzar a abordar otros aspectos. Nada más errado que ese pensamiento. Llega el momento de concretar el comienzo.

Puedes perder la atención del lector o debilitar su interés, si comienzas a diluir la intriga con largas descripciones, diálogos vacíos, detalles irrelevantes, sucesos desconectados con esa acción desencadenante que pusiste a rodar.

En tal sentido, debes evitar:

Caer con mucha frecuencia en hablar del pasado de los personajes. Es un error frecuente. El lector quiere terminar de sumergirse en la historia, en la trama. Necesita amarrarse a los hechos. Luego querrá ir conociendo los detalles, incluyendo el backstory de cada personaje

Profundizar en los sueños o imágenes oníricas. Los sueños deben ajustarse perfectamente a la historia. Por ninguna razón te detengas mucho tiempo en ellos, pues podría superar la trama principal, lo cual sería contraproducente.

Además, esas imágenes no pueden ser utilizadas solo por la belleza que encierren. Deben tener una justificación y aportar elementos importantes a los acontecimientos. Si no cumplen con esas funciones, simplemente no las utilices.

Incursionar con mucho detenimiento y frecuencia en los pensamientos de los personajes. Hay novelas psicológicas en las que es necesario profundizar en su mente, por supuesto. Pero también hay un límite. No querrás terminar escribiendo un tratado de la conducta humana.

Descarta todo lo que sea irrelevante

Recordemos aquí las palabras del gran escritor ruso Anton Chéjov: «Si en el primer acto tienes una pistola colgada de la pared, entonces en el siguiente capítulo debe ser disparada. Si no, no la pongas ahí».

Se refiere a que muchas veces los autores se vuelven profusos en detalles y datos irrelevantes. Todo lo que escribas debe ayudar al avance de la acción, delinear los personajes y establecer las relaciones entre estos, situar al lector en el tiempo y el espacio, involucrarlo plenamente en la atmósfera de la historia.

No inicies con tus motivaciones

Es otro recurso que debes evitar: comenzar hablando directamente al lector sobre lo que te llevó a escribir la novela. Si quieres expresar tus motivaciones, puedes hacerlo al final, cuando ya la historia ha culminado. Seguramente el lector, ahora sí, estará interesado en profundizar por qué escribiste esa novela y esa historia en particular.

Un ejemplo clásico: Sostiene Pereira, de Antonio Tabucchi. Una vez culminada la novela, el autor explica qué lo condujo a contar aquella historia.

Aléjate del lenguaje rebuscado

Muchos autores buscan impresionar al lector utilizando un lenguaje complejo, con palabras rebuscadas y extrañas, frases sobrecargadas y términos que requieren consultar el diccionario frecuentemente.

Es un error, por supuesto. En la narrativa, la maestría no se consigue escribiendo palabras rimbombantes y complejas, sino historias y sucesos que enamoren a los lectores. Y eso se logra contando hechos asombrosos, sugestivos e interesantes. El lenguaje rebuscado hay que dejarlo para los eruditos.    

Cuidado con los saltos temporales

Los saltos en el tiempo deben tener una función narrativa. No intentes impresionar al lector utilizando esta técnica si no está justificada y, además, perfectamente utilizada. Su mal uso puede generar errores cronológicos y la desubicación o confusión del lector.

Los saltos temporales deben ayudar a que la historia avance. Parece una contradicción, pero no lo es en absoluto. Este recurso funciona muy bien para aportar información importante sobre la conducta de un personaje, el contexto sociopolítico, etc.

Sin embargo, nuestra recomendación es que no lo hagas al comienzo, para no crear desconcierto en tus lectores. Tendrás suficiente tiempo para introducir flashbacks y otras técnicas relacionadas con el tiempo.

Aprender sin copiar

Estudiar y aprender a escribir libros de los grandes maestros es fundamental. Pero no pretendas iniciar tu novela imitando las suyas. No olvides que estás construyendo tu marca personal de escritor y la originalidad es esencial.

No te extiendas

No conviertas el comienzo de tu novela en una narración prolongada y sobrecargada. Tu potencial lector puede aburrirse y abandonar la historia. Ve a lo esencial, a los hechos concretos.

¡Atrévete a comenzar!

Stephen King dijo que el momento que da más miedo al escribir una novela es justo antes de empezar. Pero también dijo: «La magia está en ti». Así que despréndete de esos miedos y comienza de una vez. ¡Confía en tu talento y en tu imaginación!

Evita caer en estos errores al empezar a escribir tu novela y podrás ser un escritor de éxito.

¡Déjanos un comentario aquí abajo y cuéntanos en qué podemos ayudarte!

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12 comentarios en “Cómo no empezar a escribir tu novela”

  1. Un gusto Roberto Augusto acabo de ver tu video y le cuento que desde hace mucho es mi deseo escribir sobre mi vida, pues mi objetivo es sacar todo esto que lo tengo rebasado dentro de mí, creo yo sería una forma de contar todo lo que pasé desde pequeña (momentos de dolor, tristeza, etc.) pero quisiera que usted me diga si lo que pienso y deseo hacer de está manera o hacerlo de otra forma.
    Pero mi objetivo principal es escribir todo lo que pasé y estoy pasando, le agradezco de antemano su sugerencia o guía.
    Saludos desde Bolivia.

    1. Hola. Las autobiografías suelen tener bastante interés para el público, sobre todo si tratan de momentos históricos o situaciones que afectan a muchas personas. Adelante, ponte a escribir y sin duda será algo también terapéutico.

  2. Gracias, realmente interesante y, si uno lo piensa un poco, todo lo que relataís obedece al sentido común… Es algo que uno ya sabe de tanto leer. Llevo ya 40.000 palabras de mi libro y creo que estará listo en unas 20 o 30.000 más. Ya os he elegido, lo tengo claro. En cuanto termine, os pido la ayuda necesaria para evaluar, editar y corregir; esto, a mí, es lo que más miedo me produce,
    ¡Saludos!

  3. Gracias. Interesante información. Vale ponerlo en práctica y contar con ello.
    Por ahora hago cuentos para niños, relatos, la poesía me gusta especialmente y pienso en iniciar una novela de lo que tengo claro el tema.

  4. Interesante artículo, como todos los vuestros, los leo todos, siempre hay algo que aprender de ellos; es algo que os agradezco.
    He estado en contactgo con vosotros, os he mandado ya varias de mis novelas que tengo preparadas para publicar, pero, como he leído ya en alguno de vuestros artrículos, hay que hacer Márketing antes de publicar, darse a conocer, tanto el autor como la obra. Si no es asi, resulta un fracaso
    Agradezco un consejo..

    1. Gracias Alejandro. Esperamos poder ayudarte con tus libros. Es una excelente idea comenzar con el marketing lo antes posible. De esa forma vas construyendo tu audiencia.

  5. Buenos días Roberto.
    Todo me parece súper interesante, pero a menudo no consigo aplicar los buenos consejos, además de tanto corregir,(y sobre corregir) ya no sé si mejoro o empeoro el relato. Pero si os doy la obra a vosotros con un buen corrector ortográfico y de estilo, para qué quiero meterme en en ese fregado, que no lo haré no por asomo como vosotros.
    Aver Roberto,¿Se te puede llamar, se puede hablar contigo?. Tengo varios libros en mente para publicar.
    Un saludo.

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